Venimos de cuatro años en los que el PP ha transformado la democracia de todos los ciudadanos en su democracia particular, lo que es lo mismo, su dictadura propia para hacer y decidir lo que quieran.
Este nuevo equipo de gobierno popular ha comenzado la legislatura mostrando sin complejos que van a seguir mandando y dirigiendo la batuta del municipio alguaceño, donde la opinión de los ciudadanos y la libertad de expresión no tienen cabida.
El sábado 11 de junio, mientras se celebraba la “Toma de Poder” de los concejales que ocuparán el ayuntamiento durante esta legislatura, el alcalde nos desveló que no va a cambiar su rumbo político y como es normal, hizo un discurso lleno de mentiras, jugando de nuevo con la esperanza de miles de vecinos.
Por primera vez en la historia de la democracia en el municipio, el alcalde no da turno de palabra a los demás candidatos electos, demostrando su autocracia y su omnipotencia.
Estos cuatro años, tres partidos diferentes ocuparán sus respectivos escaños en el pleno alguaceño, pero el alcalde ha dicho en su primer día de legislatura que el único que toma decisiones es él, ni la oposición ni su equipo de gobierno tendrán voz y voto. Las decisiones de esta legislatura serán tomadas exclusivamente por “El Padrino” y sus intereses personales. Y es por ello que el alcalde va a tener que cumplir con más constancia las órdenes de este señor que aún maneja las marionetas del PP, recordando que con 8 concejales, hace 10 años, este señor manejó a los concejales de su grupo para echar de la alcaldía a su propio alcalde.
Es una vergüenza que después de 32 años, en Alguazas aún siga gobernando un régimen totalitario, que deja de serlo una vez cada cuatro años y es el día que se celebran elecciones municipales, haciendo del juego sucio sus audaces tácticas para lograr el poder. Ahora nuestro alcalde va a tener un grave problema que solucionar: <
Esta no es la democracia que todos los ciudadanos pedimos y queremos. Estos señores se han aprovechado de todo y han convertido el poder en su negocio particular en el que se enriquecen cuatro personas a costa de nuestros impuestos y tener el pueblo abandonado. En estos cuatro años, no vamos a descansar ningún momento hasta destapar la trama urbanística de estos señores.